El maquillaje de día tiene unas determinadas reglas básicas
que no te puedes saltar, a no ser que quieras parecer ¡Un payaso que se ha
escapado del circo! Pero mucha gente las olvida o simplemente las desconoce y
el resultado es espeluznante como poco.
Un maquillaje de noche o de fiesta puede ser llamativo en
tonalidades y en accesorios, pero en cambio un maquillaje de día ha de ser todo
lo contrario, más bien ha de ser una ayuda casi invisible con el que resultar
más bella. Con esto quiero decir sobretodo que el maquillaje ha de notarse lo
justo y necesario y ser principalmente un conjunto de cualidades que mejoren tu
aspecto haciéndote lucir más joven, fresca y sobretodo más linda.
Por ello en el post de hoy vamos a hablar de como hacer un
maquillaje de día para vernos mucho más favorecidas sin sentir que vamos con
una máscara que cubre nuestro rostro y nos quita expresividad.
Son varias las claves para obtener unos buenos resultados,
una piel unificada y libre de imperfecciones es un buen comienzo y el secreto
para conseguirlo está en difuminar bien los cosméticos evitando que queden
pegotes visibles, para ello necesitaremos unas buenas brochas o un poco de
destreza con los dedos.
Por otra parte también necesitaremos lucir una tonalidad
saludable en la piel y eso se consigue con unos polvos bronceadores o con un
rubor adecuado dependiendo de la época del año.
Pasos para un maquillaje de día natural y fresco
1) Piel limpia, hidratada, protegida y unificada:
Lo primero de todo es comenzar a trabajar sobre una piel
limpia al 100%, una vez realizado este paso hidrataremos la piel con una crema
con factor de protección solar 20 como mínimo (como la crema Hidra Lift de
Dior), este paso nos ayuda a cerrar poros y evitar que los rayos solares dañen
la piel produciendo manchas. Además así se retiene la humedad y conseguiremos
que el maquillaje dure más.

Si no sabes cual elegir para probar por primera vez, la
prebase de Sephora es muy recomendable, pero hay más en el mercado, lo mejor es
probar la que mejor le va a tu piel.
En el caso de que tu piel sea en tono cetrino la prebase de
maquillaje la utilizaremos en un tono diferente al transparente, el malva
contrarrestará ese tono amarillento de este tipo de piel.
Por último aplicaremos la base de maquillaje adaptada a
nuestro color de piel, (siempre del mismo tono o como mucho uno superior). Hay
que evitar a toda costa el efecto máscara que puede quedar si eliges
tonalidades de base muy superiores al color se tu piel, recuerda: Para subir el
tono lo mejor son los polvos bronceadores no la base.
Hasta los treinta años normalmente utilizamos pocos
correctores, pero a partir de esta edad es cuando empiezan a aparecer ojeras y
sombras que se han de corregir. Este paso lo realizamos con lápiz corrector, en
barra o en crema. Cubrimos las ojeras extendiendo con un pincel el corrector,
para que el efecto sea lo más natural posible y no se note.


3) Los ojos sencillos y metalizados:
Empezaremos a maquillar los ojos por el parpado, en esta
ocasión utilizaremos un dúo de sombras en textura en polvo metalizada, que aporta un toque fresco y natural al maquillaje de día.


4) Rubor y/o polvo bronceador:
Dependiendo de la época del año, aplicamos el colorete,
puesto que hay que elegir una tonalidad adecuada a nuestro tono piel.
Si tienes la tez muy pálida el polvo bronceador te ayudará a
subir tonos, pero no olvides hacerlo de manera discreta y repasar las zonas
como el escote, las oreja y la nuca si llevas el cabello recogido.

Podemos utilizar los colores suaves y como toque final el gloss que le aportará ese toque de
frescura y naturalidad al Make-up de día.
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